a) Durante el
reinado de Carlos IV
España se incorporó, en primer lugar, a la coalición
europea que se enfrentó a Francia para impedir que los ideales revolucionarios
se expandiesen por todo el continente. Sin embargo, la derrota de las tropas españolas
y la posterior Paz de Basilea (1795) subordinó a partir de entonces el reino a
los intereses franceses.
La
subida al poder de Napoleón Bonaparte comportó un cambio en la política
exterior de Carlos IV,
ya que España se convirtió en aliada de Francia.
Fruto de este pacto, España declaró la guerra contra Gran Bretaña, aunque la
derrota franco-española en Trafalgar significó la pérdida de la casi totalidad
de la flota. Las funestas consecuencias económicas generaron el descontento de
la población, que se acentuó aún más con el Tratado de Fontainebleau, que
permitía la entrada de las tropas francesas a la península para conquistar
Portugal. La efectiva ocupación de España por parte de los franceses significó
la huida de la familia real a Aranjuez, donde se produjo el motín impulsado por
amplios sectores de la población. La petición de ayuda a Napoleón por parte de
Carlos IV en Bayona desembocó en la abdicación de éste.
b) La
invasión francesa de Napoleón en 1808, en su afán de expansión territorial, y la desmedida
represión y violencia con la que los franceses contestaron la resistencia del
pueblo español, dio lugar a la Guerra de la Independencia contra las tropas
napoleónicas (1808-1814).
Las
principales características de la Guerra de la Independencia son las
siguientes:
-
La resistencia popular a la invasión francesa. Se crearon Juntas de Armamento y Defensa para organizar el movimiento
de insurrección popular. La resistencia se plasmó en los sitios de las
ciudades, que resistieron el cerco de las tropas francesas.
-
La división del país en dos facciones: los afrancesados y los patriotas. Los primeros apoyaban al ejército
francés porque pensaban que la implantación de la monarquía de origen francés
iba a permitir el desarrollo del liberalismo.
Los
patriotas, en cambio, defendían las propuestas absolutistas de Fernando VII y el
retorno al tradicionalismo más puro.
La
evolución del conflicto entre Francia y España fue la siguiente:
En 1808
se produjo el Motín de Aranjuez, por el que el rey Carlos IV se vio
obligado a abdicar en su hijo Fernando VII
y solicitó ayuda a Napoleón. Éste, viendo la
debilidad del monarca, intervino en el conflicto decidiéndose a invadir España.
Se
producía así el inicio de la Guerra de la Independencia, que duraría hasta
1814. Napoleón nombró rey a su hermano, José Bonaparte.
Finalmente,
el ejército francés fue vencido, se firmó el Tratado de Valencay a finales de
1813 y se produjo la vuelta al absolutismo con Fernando VIL
c) En
1814 se restableció el absolutismo porque Fernando VII, en su
regreso a España, decidió no cumplir sus promesas de acatamiento al régimen
constitucional y procedió a reinstaurar las estructuras del Antiguo Régimen,
apoyándose en las peticiones de los absolutistas formuladas en el Manifiesto
de los Persas. Así pues, Fernando VII
emprendió una persecución de los liberales y
afrancesados, que fueron detenidos y ejecutados u obligados a ir al exilio.
Además,
no se tomaron medidas para reconstruir la sociedad de posguerra, ni para sanear
la Hacienda y hacer frente a la deuda. Al contrario, se destinaron nuevos
recursos para combatir los movimientos de emancipación que procedían del
continente americano. Las dificultades económicas de la Hacienda requerían
reformas fiscales profundas que significasen el pago de impuestos por parte de
los privilegiados, pero Fernando VII
se negó a aceptarlas.
Esta
política comportó la oposición de diversos grupos sociales: el campesinado, que
se negaba a pagar determinadas rentas señoriales y diezmos a sus señores; los
inversores que habían
comprado las tierras desamortizadas a la Iglesia, y que exigían que se respetasen
sus derechos de compra; los comerciantes, que preconizaban la libertad de
industria y de mercado y se lamentaban por la interrupción del tráfico
comercial con las colonias americanas; y en las ciudades el descontento crecía
entre los artesanos, los jornaleros, la pequeña burguesía, etc.
d) El llamado
"Trienio Liberal" se instauró a partir del pronunciamiento militar
del coronel Rafael de Riego y el apoyo de los liberales en las principales
ciudades de España. Ante esta situación, el rey Fernando VII tuvo
que aceptar la Constitución de 1812 y se formó un gobierno que proclamó la
amnistía y permitió el regreso de liberales y afrancesados. Acto seguido se
celebraron elecciones que ganaron los liberales.
El
nuevo régimen liberal terminó en 1823, cuando un ejército francés, llamado los
Cien Mil Hijos de San Luís, entró en España para restaurar un gobierno absolutista
y derogar todas las leyes y normas promulgadas durante el Trienio Liberal.
Fernando VII recuperó su condición de monarca absoluto e inició la persecución de
los liberales.
Las
principales medidas que se tomaron durante el Trienio Liberal fueron las
siguientes:
-Supresión
de los señoríos jurisdiccionales, mayorazgos y vinculaciones, lo que
significaba liquidar el feudalismo en el campo y favorecer relaciones de tipo
capitalista.
-Reforma eclesiástica que suprimía los conventos y
secularizaba a los frailes. Además, se desamortizaron las tierras del clero
regular, que pasaron al Estado y fueron vendidas a particulares.
-Reforma fiscal y disminución del diezmo que cobraba
la Iglesia.
-Eliminación de los gremios
y aprobación de la
libertad de industria y la circulación de
mercancías.
e) Los liberales consideraron ominosa la década
de 1823-1833 por la represión sistemática que la monarquía absolutista de
Fernando VII practicó contra esta ideología, causando la muerte, la detención o el
exilio de muchos de sus partidarios y contraviniendo la ratificación de la
Constitución que hizo en 1820.
En los
últimos años del reinado de Fernando VII
se desencadenó un conflicto sucesorio porque el rey
abolió la Ley Sálica, que prohibía el acceso al trono a las mujeres, y promulgó
la Pragmática Sanción, que permitía a su hija, Isabel, poder ser nombrada
reina. Frente a esa decisión se organizaron los absolutistas ultramontanos, que
dieron su apoyo a las pretensiones del infante Carlos.
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